El viaje del autoconocimiento, un desafío constante

El viaje de autoconocimiento es un desafío constante para el estudiante gnóstico. Convertirse en un explorador interior, sin perder de vista el exterior, es un reto complejo.

El objetivo del autoconocimiento es una premisa,  sin embargo,  el mundo interior es tan vasto como lo es el cosmos.

Por que camino iniciamos ese autoconocimiento,  si poseemos una interioridad tan basta? ¿Por qué resulta difícil dirigirnos hacia el interior?

“Solo mediante el conocimiento de sí mismo se llega verdaderamente a la auto-conciencia”.

Samael Aum Weor. Didáctica del autoconocimiento.

La autoobservación y la división de la atención

El primer paso para el autococimiento es empezar a ser  el  objetivo principal de nuestro propio estudio y  observación.

¿Cómo pienso? qué pienso? qué siento? qué cosas generan en mí ese sentir? cómo actúo?

 Cómo reacciono ante las circunstancias de la vida? observar nuestra manera de pensar ,sentir y actuar presenta la complejidad de observar las situaciones que nos tocan vivir, sin identificarnos. Somos seres multifacéticos.

No  reaccionamos de igual forma,  en situaciones similares.Somos cambiantes .Nuestro parecer puede variar de acuerdo a las circunstancias.

Lo que en un momento nos agrada, quizá,  luego nos aburre y nos deja de agradar. ¿A qué se deben esas variaciones? En este punto, es importante someter a análisis quiénes somos y desde qué plataforma mental y emocional actuamos.

 El autococimiento enseña a buscar en nuestra propia historia de vida;  qué situaciones han sido claves y nos han dejado una huella importante,  ayuda a trazar un pequeño mapa de nosotros mismos.

 Explorando el principio del autoconocimiento

La formación de la personalidad influye en gran medida en las características particulares de cada individuo. El autococimiento enseña  a través de la educación fundamental, que  la personalidad se forma desde los 0 a los 7 años. Así,  todo lo que nos rodea: familia, vivencias,  aprendizajes,  personas, etc.  moldean la incipiente personalidad del niño.

.

Si  desde recién nacidos fuimos amados o no, si nos tocó vivir una infancia con limitaciones o no, si se vivió  acontecimientos traumáticos o no, todos son factores condicionantes que conforman  la manera de ser de cada quien.

“El niño, guiado por un maestro interior trabaja infatigablemente con alegría para construir al hombre. Nosotros educadores, solo podemos ayudar… Así daremos testimonio del nacimiento del hombre nuevo”

Maria Montesori

Luego desde los 7 a los 14 años,  esa personalidad se reafirmará ; y se consolidará de la misma forma desde los 14 a los 21 años.

Como en un espejo, somos el reflejo de lo que fuimos,  más los años. Sin embargo, lo que hicieron de nosotros, lo que padres,  maestros y circunstancias nos dieron, de ninguna manera son limitantes;  sino que, es el punto de partida de nuestra investigación interior.

La personalidad es de tipo energética  y se manifiesta a través de nuestras acciones, pensamientos y emociones. Por lo tanto,autoconocerse implica darse cuenta qué hacemos, qué pensamos y qué sentimos.

Somos seres de luz y de sombras

El autoconocimiento de Gnosis indica que virtudes y defectos habitan en nuestro interior. Llegamos a este mundo, puros y ajenos de cualquier tipo de malicia. Pero en la medida en que se va conformando nuestra personalidad, comienzan a manifestarse nuestros egoísmos y miserias humanas.

La luz de la esencia

La esencia es todo lo puro que habita en nuestro interior . La esencia se manifiesta a través de nuestras virtudes desinteresadas y nos habla por medio de corazonadas. La esencia es unica. Su carácter es divino.

Resplandece luminosa en los recién nacidos y los niños pequeños.Su mayor atributo es la conciencia. Su caracteristica primordial es la comprension.

Las sombras del ego

Al crecer, se van revelando nuestras apetencias egoístas que en psicología gnóstica, son conocidos como yoes o egos.

los yoes múltiples. De acuerdo a la personalidad particular de cada quien, se manifiestan tales o cuáles yoes.

Cada ego  es un trío de materia, energía y conciencia. La conciencia, se la cedemos cada vez que le damos razón de ser a ese egoísmo y lo justificamos; para que siga existiendo en nuestro interior.

La energía nos la roba a través de nuestros pensamientos y emociones negativas.Le damos materia a ese yo ,cada vez que actuamos movidos por  ese ego.

Tanto energía como materia, es decir, pensamiento, emoción y acción son los alimentos básicos para que cada ego se robustezca.

Nacemos sin mezquindades ni vicios,  poseemos en nuestro interior la luz de la conciencia que es la misma esencia traducida en hechos, en experiencia. De cada quien depende, alimentar su luz o sus sombras.

La clave del autoconocimiento:El mapa del viaje interior

El mapa de nuestro viaje interior, inicia desde que nacemos y nuestro objetivo final, es el desarrollo de las múltiples posibilidades interiores,  que   a causa de  nuestras propias debilidades, están en estado embrionario.

Acrecentar nuestra luz y apaciguar las tinieblas interiores es el objetivo de todo estudiante gnóstico.

El recorrido está asfaltado de obstáculos  cotidianos que encierran una enseñanza de sabiduría  para quien lo supere.Aprender a transitar el camino interior nos ayuda a mejorar nuestra calidad de vida y brinda herramientas para afrontar  las adversidades de manera calmada.

En el trayecto interior, la luz de la conciencia, nos ayuda a comprender los eventos diarios y discernir las causas y efectos que nos envuelven.

La conciencia y  la comprensión son la brújula y el norte para alcanzar la línea de llegada.

Cada camino es individual y único, nadie puede recorrerlo por nosotros. Aunque para todos, se comparten las   características generales,  cada estudiante lo transita de un modo particular.

El valor del instante en el autoconocimiento

El recorrido de la vida humana resulta brevísimo en comparación con los tiempos del universo.

 Salir del agobiante ritmo del tiempo solo es posible, aprovechando el instante aquí y ahora. Toda situación, toda circunstancia es propicia para ser analizada a la luz de la conciencia. Cada evento que llega a nosotros, es el material oportuno para observar nuestro modo de pensar, sentir y actuar.

“La muerte, como final de tiempo que se vive, sólo puede causar pavor, a quien no sabe llenar el tiempo que le es dado a vivir”.

Viktor Frankl

Es posible comprender cuándo estamos iluminando nuestra vida y en qué momento solo generamos sombras.

Si depositamos todos nuestros intereses en el futuro, la ansiedad no nos permitirá ver el valor contundente del «ahora” .Sí en cambio, vivimos añorando el pasado, nos perdemos la posibilidad de beneficiarnos, con la comprensión de la situación actual.

Todo evento es dual y multifacético.  Si estamos dispuestos a aprender, cada momento presente es una enseñanza para nuestra conciencia.

Dicho de otro modo, no importa si esa situación nos agrada o no.Tampoco interesa, si las circunstancias resultan fáciles o complicadas. Solo el uso de la comprensión y la conciencia dan el discernimiento necesario para poder percibir el único e irrepetible valor de cada instante. El aquí y ahora es el momento preciso para llegar a nosotros mismos.

Si estás interesado en este y otros temas similares te invitamos a que te inscribas en los cursos de autoconocimiento de acceso libre y gratuito en el siguiente link

AUTORA